La Leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria muy común en España y otros países del Sur de Europa. Se conoce por el nombre de “Enfermedad del mosquito” debido al insecto que la transmite ¿Sabías que esta denominación popular no es del todo correcta? En términos estrictos, el vector implicado en su transmisión no es un mosquito. Se trata de un insecto del género Phlebotomus (flebotomo), cuyo hábitat y necesidades climatológicas son diferentes a las del mosquito. En cualquier caso, estos detalles son sólo por curiosidad. Lo importante es que el flebotomo transporta la Leishmania y desempeña un papel fundamental en la transmisión de la enfermedad.
¿Cómo actúa la Leishmania?
La Leishmania afecta a muchas especies de mamíferos, incluido el hombre. Animales domésticos como gatos, caballos, ovejas, cabras y vacas pueden albergar el parásito. Y también especies salvajes como zorros, lobos, liebres, ratas y linces. En las regiones mediterráneas, Leishmania infantum es la principal especie responsable de producir la enfermedad en los perros.
Para que un perro sea infectado por la Leishmania, necesita que un flebotomo le haya picado previamente. Se conocen otras formas de transmisión (como la que tiene lugar de perras enfermas a sus cachorros) pero son minoritarias. La progresión de la enfermedad depende en gran medida de las defensas de cada animal. Tras sufrir la picadura y recibir el ataque de la Leishmania, algunos perros serán capaces de rechazar la infección. Por desgracia, no todos lo lograrán. La respuesta de cada animal al parásito es distinta, y depende de muchos factores.
La Leishmaniosis canina afecta a todo tipo de perros, pero algunas razas son más sensibles que otras a la enfermedad. Por ejemplo: Bóxer, Pastores Alemanes, Cocker Spaniel o Rottweilers son más propensos a sufrir la enfermedad. Por el contrario, los Podencos han demostrado ser mucho más resistentes a la Leishmania.
Los animales diagnosticados precozmente pueden recibir tratamientos que aumentarán sus posibilidades de supervivencia. Por eso recomendamos hacer controles anuales de la enfermedad, como veremos en el siguiente post.
Por tanto, reconocer los síntomas de esta enfermedad de forma temprana puede resultar fundamental para nuestras mascotas. Vamos a describirlos con más detenimiento a continuación.
Sintomatología de la Leishmaniosis canina
Debemos tener presente que la leishmaniosis es una enfermedad sistémica, es decir, puede afectar a varios órganos a la vez. Los síntomas que produce son parecidos a los de cualquier otra patología, por lo que no siempre son fácil de reconocer.
Los signos clínicos más frecuentes son los relacionados con la piel (se presentan en el 80% de los perros enfermos). Úlceras, heridas que no cicatrizan, pelaje de mal aspecto, crecimiento exagerado de las uñas, alopecia con descamación o aspecto seco y agrietado de la trufa.
La mayoría presentan también linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos). Este signo es más difícil de reconocer por los propietarios, aunque esté presente en el 70% de los animales afectados.
Otros síntomas generales, como fiebre, apatía, pérdida de peso, debilidad muscular, están presentes en el 40-60% de los enfermos por leishmaniosis canina.
Por último, varios síntomas que aparecen en menos del 20% de los perros enfermos, y que nos pueden ayudar a identificar la enfermedad:
- Signos oculares: conjuntivitis, exceso de legañas por ojo seco, color azulado del ojo.
- Cojeras o dolores de articulaciones sin que se hayan producidos golpes o sin existir lesiones previas.
- Vómitos y diarreas, casi siempre asociados al daño producido por la Leishmania en el hígado y en los riñones. El color amarillento de las mucosas (ictericia) puede hacerse evidente cuando el parásito ha afectado gravemente al hígado.
- Hemorragias, especialmente llamativas cuando se producen en la nariz (epistaxis).
Consulta a tu veterinario si observas alguna de estas alteraciones. Te asesorará sobre cómo descartar la enfermedad con las pruebas de laboratorio, o cómo tratarlo si resulta estar enfermo.
¡Recuerda! ¡El tiempo es vital! La Leishmania no esperará a que te decidas.