La procesionaria del pino en perros

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La procesionaria del pino en perros

La procesionaria del pino

La procesionaria del pino en perros es una profunda preocupación estacional para los propietarios de mascotas. Aunque la migración de la Thaumetopoea pityocampa constituye una parte fascinante de su ciclo biológico, también entraña un grave peligro para nuestros perros.

Con la llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas, las orugas salen de sus nidos. Forman una larga hilera siguiendo los pasos de la hembra que encabeza la procesión; de ahí su nombre.

Los nidos que forman en las copas de los pinos, tienen un aspecto de bolsón de seda ¡que puede contener hasta 200 orugas! Cuando observemos estos nidos en los parques que frecuentamos habitualmente, debemos extremar la precaución y avisar a las autoridades. Evitar esos espacios durante la primavera es la mejor medida de prevención.

Los nidos caídos de los árboles, aunque estén vacíos, también pueden causar graves daños a nuestros perros. Contienen los excrementos y los pelos urticantes de las orugas, y el contacto con ellos no es menos peligroso.

Por curiosidad ¿Sabéis que las procesiones de orugas tienen por objetivo encontrar un lugar adecuado donde enterrarse para continuar su ciclo vital? ¡Bajo tierra, las orugas formarán una crisálida donde se transformarán en inofensivas mariposas!

La toxina de la procesionaria del pino

El peligro para nuestros animales procede de una toxina que se libera de los pelos de la oruga. Esta toxina produce una potente reacción inflamatoria cuando entra en contacto con los tejidos vivos. Además, la reacción se prolonga en el tiempo porque los pelos de la oruga se quedan clavados debido a su particular estructura. Si los pelos se rompen, se liberan más toxinas:

¡Nunca debemos frotar las zonas que han sido afectadas!

Debemos de tener en cuenta que el contacto indirecto también produce estas reacciones. No hace falta que nuestro perro roce, chupe o trague una oruga; basta con que sus pelos lleguen hasta él. Olisquear un nido de procesionaria o chupar una superficie por la que se ha desplazado recientemente la oruga, son algunos ejemplos de contactos indirectos. También el viento puede desplazar estos pelos hasta la piel o los ojos originando reacciones en ausencia de orugas.

La gravedad de los síntomas dependerá de la parte del cuerpo afectada, la intensidad del contacto, y el tiempo que transcurra hasta el tratamiento.

La lengua y la boca son las estructuras más frecuentemente afectadas, porque los perros tienden a chupar las orugas. La afectación de los ojos o de la nariz, menos frecuentes, se produce cuando los pelos urticantes han sido arrastrados por el viento o el animal olfatea el rastro de la procesionaria. Las lesiones cutáneas, tan habituales en los humanos, apenas se observan en las mascotas.

Síntomas del contacto con la procesionaria del pino en perros:

Durante la época del año que se produce la migración de la oruga del pino, podemos sospechar que nuestra mascota ha estado en contacto con ellas si:

  • La mascota demuestra nerviosismo o se encuentra especialmente intranquila.
  • Intenta tragar con frecuencia, se toca la boca con las patas o empieza a babear intensamente (ptialismo).
  • Se le hincha la lengua, el hocico o la cara.
  • Estornuda constantemente o se rasca el hocico con objetos.
  • Uno o los dos ojos están cerrados más de lo normal (blefarospasmo).

¿Cómo actuar?

Si sospechamos que nuestra mascota ha entrado en contacto con procesionaria del pino, o detectamos alguno de los síntomas que hemos comentado antes, se debe acudir urgentemente al veterinario.

La inyección intravenosa o intramuscular de medicamentos antiinflamatorios y antihistamínicos pueden reducir enormemente las lesiones que se deriven de la reacción urticante. Aún tratados adecuadamente, algunos pacientes afectados pueden sufrir lesiones permanentes como perder parte de la lengua o de los labios.

Durante el tiempo que tardemos en llegar al veterinario más cercano, podemos irrigar con agua tibia sin frotar la zona que ha estado en contacto con la oruga.

El lavado con agua tibia tiene por objetivo eliminar los pelos con toxinas que están clavados en el tejido. Se debe evitar frotar las zonas afectadas: una maniobra así sólo puede empeorar el cuadro al romper los pelos y liberar más toxinas.

Prevención

La mejor medida para prevenir esta peligrosa intoxicación, es evitar las zonas donde esté presente la procesionaria durante los meses de migración (febrero-abril).

La lucha directa contra la procesionaria es la otra alternativa:

  • eliminar los nidos de los árboles si el recinto es de nuestra propiedad
  • avisar a las autoridades locales para que adopten las medidas pertinentes.

Si sois los responsables de retirar los nidos, debéis podar las ramas o sacar de ellas los bolsones. La protección de ojos y manos es fundamental, así como evitar los días de viento para llevar a cabo la limpieza de nidos.

 

Para cualquier duda, podéis contactar con nosotros en el 679889213.

By | 2018-03-26T12:49:05+00:00 marzo 26th, 2018|Categories: Uncategorized|

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