Son muchos los animales que presentan miedo a los ruidos fuertes de petardos, tormentas o disparos. Como responsables, nos afecta especialmente el miedo en los perros, ya que por sus hábitos están más expuestos y además nos puede pillar desprevenidos en la calle. Pero no son los únicos animales que los sufren. Los gatos, conejos, roedores y aves también son muy susceptibles de padecerlos. Cuando el miedo es muy exagerado, estaríamos hablando de una fobia.
¿Cuáles son las causas de miedo a ruidos fuertes?
Los miedos a ruidos fuertes pueden ser heredados, venir por una falta de socialización progresiva desde pequeños, por una sensibilización tras una exposición repetida o a raíz de una experiencia traumática.
El miedo (igual que la agresividad) es una característica con una fuerte heredabilidad. Esto significa que, si la madre es miedosa, su cachorro, muy probablemente, también lo sea.
La socialización es fundamental en los cachorros. Entre las 3 semanas y los 3 meses de vida, los cachorritos deberían exponerse de manera progresiva y controlada a todos los estímulos a los que se enfrentará de adulto.
En algunos casos, pueden desarrollar fobia tras una experiencia traumática: una traca de petardos muy cerca, una tormenta eléctrica en la calle…
El tratamiento de esta fobia, debería ser llevado a cabo por un etólogo veterinario, para hacerlo de manera progresiva, y en caso necesario, con la ayuda de medicación. Si nuestro perro tiene fobia a los petardos y ya estamos cerca de un evento aversivo: Navidad, carnavales o ferias (o cualquier otro evento en el que se tiren petardos), o estamos en época de tormentas, ya no es el momento de tratar la fobia.
En ese caso debemos actuar para minimizar la exposición y aportarle un entorno seguro.
¿Cómo actuar cuando ya han empezado los ruidos?
- Creación de sitio seguro: Esto será aplicable a cualquier animal que tengamos en casa. Será una habitación donde esté acostumbrado a estar y que previamente hayamos positivizado con comida, juegos… Si es posible, que la habitación esté alejada de las ventanas. Amortiguaremos el sonido lo máximo posible cerrando ventanas y persianas. Se puede utilizar música relajante. Podéis encontrar también algunas músicas de percusión que ayudan a amortiguar el ruido. Es importante que no le forcemos a ir a un sitio en concreto. Muchas veces deciden ir al baño, por estar con frecuencia en zonas internas y porque el alicatado amortigua el sonido de la calle. Si esa es su elección, podremos colocar allí su cama, mantas y comederos.
Si está acostumbrado a estar en transportín, podremos llevarlo a ese lugar y tapar los laterales con mantas.
- Evitar exposición: evitaremos dar los paseos en las horas en las que haya más probabilidad de ruidos. Al atardecer en caso de petardos o durante el horario de los fuegos artificiales programados. Es recomendable consultar el tiempo para evitar las tormentas eléctricas. Si el perro después de hacer sus necesidades decide volver a casa, no le forzaremos a permanecer en la calle, aunque el paseo haya sido muy corto.
- Es fundamental que les llevemos atados con correa y preferiblemente con un arnés seguro. Si se asustase estando suelto, podría perderse y sufrir o provocar un accidente.
- Enriquecimiento ambiental. Será conveniente tener estas herramientas trabajadas previamente, para evitar que las asocie al momento en el que empiezan los ruidos y anticipe el miedo. Podemos hacer juegos de olfato o bien por el suelo o con ayuda de mantas olfativas. Jugar con sus juguetes favoritos. Los accesorios que favorezcan el lamido, como las Lickimat, pueden ser de gran ayuda. Snacks o juguetes que favorezcan la masticación pueden ser también beneficiosos. Esto ayudará a que se entretenga en compensación por los paseos cortos y, sobre todo, si lo tenemos positivizado y no está excesivamente asustado, le ayudarán a pasar mejor el rato de los ruidos.
- Feromonas y nutracéuticos: podemos apoyarnos en feromonas o algunos suplementos que favorecen la calma.
- Medicaciones ansiolíticas. En los casos de fobia, en los que el perro tenga síntomas muy marcados como babeo, jadeo, taquicardia, lloros y aullidos, pérdida del control de los esfínteres… Es posible que aparte de lo anterior sea necesario el uso de tratamientos ansiolíticos prescritos por un veterinario. Están totalmente contraindicadas las fenotiacinas o “la pastilla para el mareo” (muy utilizadas antiguamente), ya que siguen percibiendo el estímulo aversivo, incluso con mayor intensidad, a la vez que impiden su movimiento.
No son remedios mágicos y siempre deben ser utilizados como apoyo. - Siempre que sea posible, nos llevaremos a nuestro animal a un sitio donde no haya dichos ruidos: a casa de un familiar, a segundas residencias…
¿Puedo acariciarle mientras tiene miedo a los ruidos?
La respuesta es SI. Es posible que en algunos sitios hayáis escuchado o leído, que si acaricias a un perro mientras está asustado, estás reforzando esa conducta. El miedo es una emoción, no una conducta, y como tal, no se refuerza. Acariciando a tu perro, si a este le gusta, le estarás dando apoyo en un momento en el que lo está pasando mal. Si viene a buscarte cuando está asustado, o ves que estar cerca de él en su sitio seguro le sienta bien, ¡adelante! Eso sí, las caricias deben ser largas y lentas, para intentar favorecer la calma. Preferiblemente no les abrazaremos. Es una conducta con la que nosotros disfrutamos, pero que ellos no suelen tolerar demasiado bien.
Acariciar a un perro con miedo a los ruidos fuertes, no refuerza esa emoción.
Como habréis visto, esta entrada está enfocada principalmente en perros, pero en gran parte es aplicable al resto de animales con los que convivimos.
Si tenéis preguntas, queréis consejos o creéis que vuestro perro necesita ayuda médica, no dudéis en consultarnos.